Ahora que ya hemos tenido que poner como nota de la 3ª evaluación (y final), como mínimo, la media de la 1ª la 2ª (en algunos casos resulta que alta) a alumnado del que no hemos recibido ni una sola tarea en todo el trimestre, porque ellos o sus familias pasaron de todo… Llevando estos entonces, e injustamente, mejores notas que quienes trabajaron, se esforzaron e igual hasta la 2ª evaluación su nota media no era tan buena… Porque las instrucciones educativas para este último tramo del curso fueron claras al respecto. Toda esa literatura que tuvimos que tener presente a la hora de evaluar, lo que desprendía por todas partes era esto: «Favorecer el aprobado a toda costa y subir notas, nunca bajarlas». No soy la única a la que le ha parecido un ESCÁNDALO, una VERGÜENZA y un DESPROPÓSITO ANTIPEDAGÓGICO. Y muchas y muchos aún hemos llegado hasta aquí y aún seguimos en la enseñanza por amor a la Pedagogía.
(¡Pues vaya si importa quién esté al frente del Ministerio de Educación, de las Consejerías y Consellerías! Todo el mundo debería tomar nota… ¿Queremos una sociedad que premie el esfuerzo o la vaguería y el pasotismo ilustrado?… ¿Que el valorar y respetar la labor docente dependa de cada familia o que vuelva todo a la normalidad y que nuestra labor tenga que ser respetada? ¿Premiar a las familias que se implican o a las que pasan? Los maestros y profesores no hemos estudiado para andar detrás de nadie, y mucho menos de ya no pocos adultos. Tenemos cosas más importantes que hacer). Y ahora que también hemos hecho todas las reformas y contrarreformas que se les han antojado a unos y a otros y cumplido con las novedades varias que se les han ido ocurriendo de cara al fin de curso (¡no penséis más!), con nuestra función de multisecretariado actual casi acabada, otro hecho lamentable que cada curso va a más y para este la excusa fue el coronavirus, ¡cómo no!, por fin podremos dedicarnos A CORREGIR para que nuestro alumnado llegue cada vez más alto, a tener algo más de tiempo libre y ya estamos más cerca de poder gritar….
¡ V A C A C I O N E S !
Silvana de Prado
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